Te perseguí como una sombra
tras un te quiero,
cuando tus labios enmudecían
para el beso y la palabra.
Amor de judío errante el mío,
buscándote en antípodas
y en puertos inseguros.
Pero quién no se cansa de los fracasos del amor
y vuelve a la cordura.
Hoy los dados te han dado la espalda,
y en la baraja ya no eres la reina.
Vienes tras de mi como la sombra que fui,
y ya se me secó el alma
tras un te quiero,
cuando tus labios enmudecían
para el beso y la palabra.
Amor de judío errante el mío,
buscándote en antípodas
y en puertos inseguros.
Pero quién no se cansa de los fracasos del amor
y vuelve a la cordura.
Hoy los dados te han dado la espalda,
y en la baraja ya no eres la reina.
Vienes tras de mi como la sombra que fui,
y ya se me secó el alma